Despacio, te
acercas,
caminando
pasos lentos,
y me miras,
un momento.
De metal se
hace el silencio
y es
imposible de romper.
Dices que no
habrá distancias,
no habrá ni
espacios ni tiempos,
y prometes que
al mirarnos
todo el fuego
ha de volver.
Pero yo no puedo
creerte,
quizá porque
estoy rota,
vacía, cual
muñeca de trapo,
si te vas, será
para siempre,
cuando
vuelvas, no estaré.
Aún me
preguntó el porqué
posaste tus ojos negros en mí.
Aquella larga
tarde de verano
de
confesiones y de abrazos
mi corazón comenzó
a latir.
Lamiste las profundas
heridas
marcadas a
fuego en mi piel
tú luz tapó
las llagas curtidas,
y me hizo
volver a nacer
de las
cenizas de lo que era
de lo que
nunca debí ser.
Y ahora dices que te marchas
Y ahora dices que te marchas
y sé que
no has de regresar.
No habrá
lágrimas, no habrá
suplicas,
no habrá llantos, si te vas.
Si te vas, llévate
todo contigo
mis caricias,
mis besos, mi abrigo,
prometo que no
te esperaré,
olvídame, yo
haré lo mismo,
ya
estuve muerta una vez.
Que facilidad para escribir, y que bonito lo haces
ResponderEliminarGracias Manuel, es mas fácil cuando hay personas al otro lado con la sensibilidad necesaria para apreciarlo. :)
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